miércoles, 19 de agosto de 2009

Those Sad, Pitiless, Schlubs.



A diferencia de Ezequiel, yo si escuche la recomendación de Diego de hace un año y medio y me dedique a bajar algunas cositas de los Wave Pictures. No recuerdo mucho del porqué, pero creo que fue la conexión Supongo al omnipresente (en mi panorama músico-biográfico) Darren Hayman la que hizo que me interesasen.

Sin embargo, al bajarlos me encontré con una cosa mucho más precaria e insustancial que Hefner, pero que conservaba algo de su espíritu acido y nerdoso en sus letras. Una banda cochambrosa, que parecía esforzarse por mantener armada la canción. La voz de David Tattersall, como dijo Eze, es una de las cosas más interesantes de la banda, por su manera de desgañitarse chillando, sin tener ninguna intención de sonar correcto. Por momentos, en realidad, me recordaban a Violent Femmes, pero con aún más precariedad en la producción (me encantan los momentos en que la voz parece llegar al punto de la saturación, como si estuviesen grabando en cassette y se fuese a romper la cinta).

Yo estaba, digamos, en una situación delicada emocionalmente y la verdad que las canciones que me atrajeron fueron aquellas que describían horribles situaciones amorosas, amores completamente perdidos, pretendientes ignorados durante años.
La primera de la cual fui fanático fue “A Long Way Away From Me”. Es una pequeña perla de menos de dos minutos en las que Tattersall se pone en la piel de uno de los peores personajes del mundo: el mejor amigo no correspondido. Ignorado, lastimoso, un poco despreciado seguro también. El pobre hombre se queja, se queja, de las noches, de la bebida, de la actitud general de su objeto amoroso, pero no puede hacer nada para que cambie, solo expulsar un amargo y rencoroso “te va llevar muy, muy lejos de mi”. Es una canción bastante patética y pretenciosa, de la escuela de patetismo en la que uno se sumerge cuando desea muchísimo a alguien, ya se ha dado cuenta de que no lo puede conseguir, y solo le queda lamentarse y llorar frente a sus amigos esperando que alguno la haga cambiar de opinión. Todo enmarcado en una guitarra casi de fogón que en un momento decanta en un solo desesperado con palmas de fondo.

Lo otro que tienen las canciones de Tattersall es que transmiten muy bien la sensación de confusión sexual que caracteriza a los 20s (cronológicos de cualquier persona, no la década de 1920). Todas sus parejas son tríos. Como en casi cualquier escena artística. Mi segunda canción favorita de The Wave Pictures es “Your Bed Hung Off The Wall” en la cual una vez más juega el rol de pobre muchacho abandonado. Pero aquí la amenaza es explícita. El traqueteo de la canción parecería transmitir el ida y vuelta de una cama siendo utilizada con fines atléticos y el pobre de David puntúa su situación de desesperanza (esa asquerosidad de mejor amigo enamorado que espera su chance) con frases como “you made space for this with a kiss on both my cheeks” o “let his hands replace my words”. Lo unido que puede hacer es tocar su guitarra en un solo que parece una súplica. Es otra canción ligeramente patética pero ¿Quién no estuvo alguna vez en esa situación?

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