miércoles, 30 de marzo de 2011

La Biblioteca Inexistente (21).

1)Una crónica de dos periodistas norteamericanos que se exiliaron en Rusia enamorados de la corrupción y sordidez que reinaban en el ambiente y fundaron un pasquín desde el cual faltarle el respeto a todo el ámbito político y periodístico ruso y narrar sus aventuras de drogas, misoginia y sexo con menores en la noche moscovita.

2)Increible artículo sobre la historia de los hermanos Koch, dos multimillonarios libertarios que llevan más de 30 años financiando universidades, grupos políticos no partisanos, think tanks y moviendo hilos de todas las maneras posibles para controlar la agenda política de los Estados Unidos desde las sombras y de formas prácticamente imposibles de rastrear hasta ellos. Una mezcla entre X-files y Atlas Shrugged pero real.

3)Bret Easton Ellis escribe lo mejor que se escribió hasta ahora sobre Charlie Sheen, su descontrolado show mediático, las celebridades en los tiempos actuales y nuestra relación con ellas.

4)Gran artículo contra los gourmets y los snobs de la cocina, uno de los más detestables grupos en unirse al stablishment cultural de los últimos tiempos, con una crítica minuciosa de sus dobles discursos, sus costumbres, su escasa ética y su manera de hacer pasar la glotonería, el hedonismo y la pretenciosidad como sofisticación.

5)Por mucho tiempo la industria del porno creyó ser invencible y estar más allá de los riesgos de la piratería pero ahora tiembla ante la explosión de sitios que ofrecen videos gratis en streaming. Este artículo da cuenta de como los geeks tomaron por asalto la industria del porno y quienes son los verdaderos magnates del porno 2.0.

6)Hermoso texto de Patton Oswalt sobre la absorción de la cultura nerd por la cultura general y lo mal que le hace a la última, sus consecuencias y como solucionarlo.

7)Entrevista a Phoebe Gloeckner, artista de comics que pasó los últimos 8 años yendo y viniendo de Ciudad Juaréz para un libro sobre las muertes de mujeres en el que está trabajando y parece ser un delirio que incorpora recortes, videos y filmaciones.

viernes, 25 de marzo de 2011

Más Mujeres

A causa de mi reciente desconexión de Internet en el trabajo(el horror, el horror...), le pedí a Dario unos libros en PDF para leer. Hoy, martes, terminé de leer el primer libro, “La bondad de las mujeres”, de JG Ballard. Son unas 300 hojas y lo liquidé en unos 4 días. Creo que el año pasado solamente logré leer dos o tres libros, y todos bastante cortos. Y ahora, en menos de una semana, terminé de leer un libro en el cual estaba interesado hace años. En fin.

Había leído que “La bondad de las mujeres” era una autobiografía semificticia sobre la vida del escritor, centrada mayormente en su vida luego de su juventud en Shanghai. El libro va girando sobre las mujeres del título, sus amantes, su esposa, y las compañeras que la acompañan luego de que su esposa muera inesperadamente. Sabía que una particularidad del libro era cómo se representaban todos los actos sexuales, de una forma casi clínica, fría, contrastada con la calidez con que las retrata. El libro va siguiendo toda su vida y avatares y la de su grupo de amigos hasta que finaliza muy apropiadamente en la filmación de Empire of The Sun, su primer libro autobiográfico adaptado al cine donde vive lo mismo que narró al comienzo del libro de nuevo, en su propia vida, en un stage con actores. Una ficción dentro de una ficción dentro de otra.

Lo que más me inquietó del libro justamente fueron las partes donde se describían los actos sexuales, pero precisamente por lo adecuadas que me parecieron sus descripciones. Tal vez podrían ser frías y estériles las formas en que nombra los órganos y las partes del cuerpo femenino que lo obsesionan (los muslos, axilas, cicatrices, estrías, moretones), pero yo me sentí totalmente en casa. O sea, era la forma en que yo también podría perfectamente describir esos actos. Supongo que lo que le fascina a Ballard es esa comunión extraña entre los sentidos, los órganos, la relación que tiene el sexo con los sentimientos y afectos. En el libro se narran actos sexuales que se dan luego de 15 o 20 años de tensión y expectativa, pero en ese momento tocar una vagina sigue siendo tocando una vagina y el sexo y el vínculo emocional están tan juntos como separados.

Esa dualidad es la misma que le interesa tanto con los autos como extensión mecánica del cuerpo, con el choque y los caños torcidos y deformados como metáfora del coito: El Hombre y La Máquina como uno solo. Pero por sobretodo la dualidad más intensa en su obra es la de La Mente y El Cuerpo, tan separados como en esa descripción de David, su amigo y compañero en las fuerzas aéreas, que, mientras coge con una prostituta, mira al narrador constantemente “con una extraña mirada de inocencia y confianza”. Ballard sabe que esta viviendo una visión un tanto extraña, como si viera todo el mundo tras un lente de pez, o debajo del agua, o adentro de un sueño repleto de violencia y muerte. El libro narra cómo vivir una vida adulta dentro de esa burbuja, cómo hacer una vida sobre ella para terminar siendo un viejo digno y en paz con ese mundo extraño, monstruoso y bello.

martes, 22 de marzo de 2011

Informativus Virtualicus.



Hace poco tiempo el querido Dario publicó éste post sobre Social Network en donde se quejaba de que la película era una oportunidad desperdiciada para hablar sobre ciertos fenómenos generacionales relacionados con la internet. Yo no comparto su dureza hacía la película, en realidad me parece que entronca bastante bien con las obsesiones de Fincher y que marca un punto interesante alrededor de la dicotomía que existe en Facebook entre su política “abierta y honesta” simbolizada para comenzar por su estricta adherencia a “nombre y apellido” y sus orígenes teñidos de dudas y puñaladas por la espalda que, en definitiva, sencillamente la retrotraen a ser otra empresa capitalista más, interesada por el profit y muy alejada del interés por sus usuarios. Ahora habría que ver si alguien se anima a hacer algo así con Google.

Sin embargo, si encuentro cierta razón en sus argumentaciones de que es muy difícil encontrar en esa película una transmisión de lo que realmente significa haber crecido en esta generación para la cual Facebook y la internet son cosas fundamentales y particulares de nuestra vida. O sea: de qué manera a la raza humana nos afecta el hecho de tener ingentes cantidades de información dando vueltas como si fuesen manzanas esperando ser recogidas de un árbol perpetuamente gratis. Por el hecho de que podemos saber casi todo de una persona inclusive antes de que crucemos una palabra con ella en carne y hueso. Por el hecho de qué ahora yo tengo abierto el google talk, más twitter, más 11 pestañas con artículos largos que quiero leer, más un paper académico que tengo que terminar, mas el Jdownloader, más el Soulseek. El otro día Eze me contaba de una persona que NO TENÍA INTERNET y yo sentía que era una especie de bicho extraño que pensaba extinto.

El cambio de paradigma que todo ésto representa, el hecho de que la información realmente sea libre, gratis, ilimitada, que la sociabilidad se haya vuelto algo que transcurre a través de una interfaz tan universal, ¿que nos hará como raza? Algunos dicen que nos va a volver mucho más estúpidos, incapaces de asimilar textos largos (y sin embargo ahí está mi carpeta con 40 o 50 textos interesantísimos guardados). Otros dicen que en realidad nos permite procesar una amplia cantidad de datos más rápidamente (y ahí estamos saltando de ventana a ventana como niños con ADD). Todos convivimos, cada día más, con jóvenes que a los 15 o 16 años ya conocen TODAS LAS BANDAS IMPORTANTES DEL MUNDO.

Y el cine atrasa. El cine atrasa muchísimo. Porque está realizado por personas que no han crecido con este paradigma, que por más que tengan smartphones y sepan twittear y sepan bajar películas de internet (o usar la Itunes Store) no quiere decir que sean REALMENTE nativos. Tomemos por ejemplo a “Tron: Legacy”, el disparador de este post.
“Tron: Legacy”, es, como me dijo mi amigo @muertopiscina, una mala película con un gran diseño y una buena música. En el momento de verla, resaqueado y en cama, realmente no percibí una gran ofensa contra mis sentidos. La verdad es que, también, el hecho de ver películas en la internet, streameadas, ha causado que mi nivel de expectativas alrededor de las mismas descienda estrepitosamente. Si me entretiene en el momento y tiene un par de buenas escenas, ya la archivo como decente. Solo luego, con el tiempo y la discusión con otros “fleshy ones” los defectos comienzan a salir a la luz. Además como he mencionado, el diseño de Tron hace que muchos de sus pecados pasen desapercibidos.

Pero cuando uno se pone a pensar, es en realidad una película que trata el tema más importante de nuestra época: information wants to be free / information wants to be expensive. Y no dice absolutamente nada sobre el mismo. La idea es la siguiente: Jeff Bridges, el antiguo jefe de la compañía seudo Microsoft que domina el mundillo del software en la película, fue absorbido por The Grid, el programa donde había descubierto vida en la película original. Desaparecido, su ethos de software libre y gratuito cayo en desuso y sus sucesores cobran cantidades enormes de dinero a escuelas y empresas por OSs que son iguales a los de los años anteriores en un nuevo empaque. Sin embargo, exceptuando una escena al inicio en donde el hijo y heredero heredero de Bridges leakea el software al público antes de su fecha de lanzamiento, la película no comenta nada más sobre el dilema.

De hecho, cuándo el pendejo pasa al mundo de Tron y se encuentra con que su padre ha sido depuesto por un malvado programa perfeccionista, todo el discurso atrasa 20 años. El programa en cuestión, Clu, quiere salir de The Grid con la intención de imponer orden seudo fascistoide al mundo. O sea: la información es peligrosa, no hay que dejarla escapar, hay que encerrarla en su mundo porque si no se viene el caos, la destrucción y la subyugación de la libertad. En el fondo el mensaje, por más que quieran pasar por liberales (y predeciblemente siendo una película de Disney) es profundamente conservador.

El dilema, en realidad, ya está resuelvo: la información es libre. Y el tema es que tanto los directores y guionistas de “Tron: Legacy” y de “The Social Network” son, como nosotros, boring old farts, gente que todavía recuerda como fue la vida antes de que las compuertas irrefrenables de la internet se abriesen, que todavía sabe cómo era que el conocimiento fuese arcano, fragmentario, putamente difícil de conseguir. Y que, quizás, en algún lugar oscuro de nuestros corazones lo extrañamos.

Pero ahí está el chico de 7 años con cuenta de Facebook, el bebe etiquetado con la placenta colgándole, el pre-adolescente de 10 con un smartphone, el adolescente que quizás nunca vea una serie en la televisión, el joven para el cual haberse pasado la mitad de sus 18 años en un mundo virtual sumamente elaborado será sencillamente normal. Las peleas que comenzarán y terminarán solo en la red. Los amores intangibles. Esa es la gente que podrá escribir y filmar la gran epopeya de estos años. Lo triste es que, muy probablemente, los jóvenes de esa época una vez más verán esa hipotética película como vieja y cansada.

viernes, 18 de marzo de 2011

Lima City Rockers

Una parte importante de la mitología indie gira en torno a las disqueras. Mientras leía Our Band Could Be Your Life me daba cuenta que la historia del indie no es solo la historia de las bandas que escriben las canciones, sino también de los que se dieron el trabajo de grabar y distribuir la música, de los que se soplaron doblar a mano cada uno de los encartes de los discos, y de comprar la gasolina y ver que no se gasten todo en drogas. La logística nunca ganó una guerra, pero las perdió todas.

¿Dónde estaríamos ahora sin SST, Touch and Go, Homestead, Dischord, K Records, Sarah Records, Flying Nun, Merge, Matador, Rough Trade, Sub Pop, Factory? ¿Qué tan diferentes sonarían las cosas sin Electric Audio?

En el Perú, donde no queda sino ser independendiente, le tengo especial cariño a Mundano Records. Me han dicho, quienes saben, que las grabaciones podrían sonar mejor. Y muchas de las bandas que han grabado ahí no me gustan para nada. Pero también son muchas las canciones que tengo tatuadas en el cerebro,

En Sound Cloud se pueden encontrar tres (1, 2, y 3) mini-compilados de la disquera. Me parece que son un punto tan bueno como cualquier otro para ver lo que se ha venido haciendo en los últimos veinte años por estos lares.

(O sino empiece buscando el Back to Perú -y luego todo lo que hayan grabado Los Saicos y Los Yorks y Traffic Sound- , o The Roots of Chicha, o el primer disco de Leuzemia y el de Narcosis y el Suicida de 16, y el de Electro Z, este es el mejor, acostúmbrese a la jerga, a la cadencia de la voz, y luego vuelva, y sentémonos a conversar en peruano a la sombra de un jacarandá)

Pero si les da flojera escuchar todo, a continuación mis selecciones:

Metamorphosis - Directo al volcán: O prefiguración 1. Mientras estuvieron en actividad pocas bandas sonaban como ellos. En una escena más cercana al punk tradicional, Metamorphosis destacaba por un tratamiento más complejo de la guitarra y sus posibilidades sonoras. Y ahora cada vez que Millones de Colores, o Buh, o Cecimonster vs. Donka tocan un arpegio de novena sobre una base hardcore, es como que Meta aún estuviera vivo.

El Ghetto - La Medicina: O prefiguración 2. Desde mediados de la década pasada se ha gestado una especie de mutación peruana del ska, con ritmos machacantes, predominancia de las líneas de vientos, interludios reggae y raggamufin, espíritu punk. Los Vespa, Los Filipz, Radio Makkonen, la Renken, tal vez en alguna medida La Mente, son buenos ejemplos de esto. El Ghetto fue el primero. Tal vez haya sido el mejor.

G3 - En Casa: G3 es, de todas las bandas que se encontrarán en los compilados, la más importante. No solo porque fueron durante dos décadas uno de los motores principales de esa aventura quijotesca que es el rock peruano, sino porque de no haber sido por ellos Mundano no existiría: el estudio fue construido originalmente para grabar las canciones de la banda. En Casa, de su último disco, es una de sus mejores canciones, el retrato de un viejo punk que siente que no puede volver a los lugares de los que se alejó ya hace bastante, no a estas alturas, no todavía.

Los Zapping - Vietnam: En el segundo disco de Los Zapping, que espero alguna vez salga, hay una canción mía. Así que sobre el segundo disco no me escucharán emitir opinión alguna. Pero antes de eso, Los Zapping eran los amiguitos adolescentes de mi enamorada jugando a ser estrellas de rock, y escribiendo joyas como esta en el camino.

Turbopótamos - Ultrabeba: El primer disco de Turbopótamos, nombre genial si es que los hay, es para muchos el mejor de la década pasada. Aunque lo que vino luego no puede ser de ninguna manera considerado malo (a mí personalmente me gusta mucho el 2012), la combinación de ska, rockabilly y pop del debut es intoxicante.

Los Fuckin Sombreros - Barbacoa Punk: Pipe Villarán, ex guitarrista de G3, escribe esta canción homenaje a dicho grupo. Y resume de lo que se trata todo esto en una línea: "Recordaré la belleza de lo simple".

Plug Plug - Lima City Rockers: Esta podría ser la evolución final del estilo compositivo que Garzo empezó a desarrollar en el último disco de Metamorphosis, y que continuó a lo largo de toda la obra de Plug Plug: los arpegios al borde de la disonancia, el ritmo hiperactivo de un niño con ADD, la melancolía de la progresión, la letra simple (las mejores despedidas son simples), la emoción en la voz.

Adictos al Bidet - Somos los piratas: Adictos al Bidet son, como los Ramones, expertos en el arte de hacerse los tontos para burlarse del que los tome en serio. Detrás de canciones como Ni que fueras mi mamá, Tus tetas son lo peor que me ha pasado o Eres capitalista está la idea de que la mejor forma de oponerse al sistema, tal vez la única cuerda, es satirizarlo.

Boom Boom Kid - No siempre simple, pero suave y feliz: Una melodía cincuentera, una letra repetitiva, chistes sobre pronombres, palmaditas, rayitos lásers, un juguete nuevo.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Cine: The Room y Birdemic

Pese a considerarme bastante menos cinéfilo que mis otros compañeros de blog, en el último mes tuve el “gusto” de ver una seguidilla de tres películas que pelean por el mismo premio: El título a la “Peor Película de la Historia”. Estas películas son The Room, Birdemic y Troll 2.

No voy a detenerme en Troll 2, que aunque es genialmente espantosa, la sigo considerando a otro nivel que las otras dos. La gente que hizo Troll 2 sabe filmar, contar una historia, y es dentro de todo una película de género, aún con su maquillaje de risa, su trama surrealista anti-vegetariana y narración bizarrísima. Pero las otras dos.. ay, esas sí son otra cosa. Además, una cosa que comparten The Room como Birdemic es que son contemporáneas: Mientras que Troll 2 es de 1990, The Room es del 2003 y Birdemic del 2008. En cierta forma se podrían considerarlas como una “forma” de “nuevo” “cine”. Pero bueno, empecemos.




Birdemic:Shock and Terror es una película de terror dirigida por James Nguyen. La historia se podría resumir así: Pareja se conoce, se despiertan un día y hay una invasión de águilas y pájaros que azota el pueblo, a continuación, intentan escapar. Eso. El presupuesto de la película fue de unos 10.000 dólares.
La primera mitad de la película - y hablamos literalmente de la mitad, porque son unos 40 minutos de film - es la historia de romance entre Rod (el protagonista, un ‘emprendedor’) y Nathalie (una modelo). Alan Bagh, el actor detrás de Rod, debe ser el individuo más de madera que alguna vez estuvo enfrente a una cámara, y parece estar todo el tiempo en un estado pasmado y apático. Nathalie dentro de todo ‘zafa’, y se nota que esta utilizando la película como bueno, para seguir para adelante y utilizarala como portfolio o algo así. Durante esta primera mitad de la película vemos con insoportable lentitud como se conocen, salen una vez, salen otra vez, le va bien en el trabajo a Rod, le va bien en el trabajo a Nathalie. Una de las primeras escenas nos ilustra (quien sabe para qué) a Rod saliendo de su casa, subiéndose al auto, yendo por la carretera hasta llegar a su trabajo. Dura como 5 minutos y parece una de esas escenas interminables y ‘graciosas’ de Abbas Kiarostami pero con música buena onda de suburbio de fondo.

En el medio de toda esta primera parte se muestran los noticieros con noticias sobre calentamiento global lo cual - como fácilmente pueden adivinarlo - es la excusa por la cual aparecerán luego los pájaros malignos. Y llega el momento cuando aparecen.. Bueno.
Mejor, vean el Trailer de la película, que es un muy buen resumen de todo lo que es la película:



Los pájaros aparecen luego de como 5 planos que van mostrando la ciudad vacía de mañana, durante varios minutos. Luego hay un fundido en negro y aparece la ciudad con explosiones y rodeada de pájaros. A esta toma la acompaña un ruido de pájaros fuertísimo, saturado e insoportable que sería las delicias de Merzbow o cualquier músico noise.
Claramente la película la filmaron sin efectos y alguien que CLARAMENTE no tenía la más PÁLIDA idea de lo que hacía, agregó las aves más berretas de la humanidad. Son básicamente.. ¿GIFs animados?, que se mueven en bucle y aparecen por encima de los actores. Algunos aterrizan y.. explotan. Otros, en una escena incomprensible, escupen ácido sobre varios transeúntes. Ok.



En Birdemic están todos los defectos tradicionales de una película horrible: Diálogos para el suicidio, ausencia total de conocimiento del tiempo cinematográfico, no-actores, escenas totalmenteinnecesarias, escenarios e iluminación inexistentes, música de stock, etc. Para peor, el audio esta todo grabado directamente con la cámara, entonces entre toma y toma hay saltos, cambios de volumen e infinidad de otros problemas.
El resto de la película sería como la tradicional “vamos en una camioneta escapando de los zombies”, solo que bueno, con pájaros. Nadie explica a donde van, porqué van, y porqué simplemente no se encierran en una casa y “esperan” a que algo pase. Porque eso es lo que pasa al final, solo dan vueltas en la camioneta, en plan survival, encontrando conocidos muertos, reclutando otros, hasta que inesperadamente los pájaros SE VAN. ¡Y la película se termina!

Birdemic es, por lejos, la peor película que vi en mi vida. Peca de no solo ser malísima, con los peores efectos especiales de la historia sino que además es un bodrio irremable y lentísimo donde no pasa nada. No encuentro razones para recomendársela a nadie , excepto alguna tarde increíblemente aburrida con algunos amigos, con maní, doritos, y mucha, mucha cerveza.





The Room es otra cosa. Dirigida y escrita por Tommy Wisseau, una especie de Glenn Danzig después de la peste, The Room intenta ser un melodrama, un triángulo amoroso entre el protagonista, su mujer y su mejor amigo.

The Room y Birdemic son dos peliculas increíblemente ineptas, pero de formas muy diferentes. La primera diferencia podría ser el presupuesto: Mientras Nyugen hizo Birdemic con diez mil dólares, Wisseau invirtió (supuestamente) unos seis millones en The Room. No es que sea una película “con presupuesto” - tiene decenas de falencias claramente económicas -, sino que sus problemas más bien van por otro lado. “The Room” es una deconstrucción de pila de ideas y conceptos del cine, entendidos todos MUY MAL, convertidos en un objeto cultural extrañísimo y fascinante.
Lo primero es el guión y la estructura demencial de la película. En los primeros cinco minutos nos tenemos que fumar una “escena de amor” que es, bueno, los protagonistas a los besos revolcándose en una cama durante 4 minutos con música R&B de fondo. Diez minutos después, increíblemente, viene OTRA “escena de amor” casi idéntica a la primera. Te querés matar. La construcción de los diálogos es graciosísima, donde cualquier pregunta incómoda se responde con un “i don’t wanna talk about it”, y cualquier conversación empieza con “Hi (nombre)!” y se acaba con “ok i gotta go”. La historia tiene varios intentos de subtramas que sólo duran una escena y no tienen ningún contexto ni sentido - incluyendo esa gloriosa escena donde la madre de Lisa dice que “definitivamente tengo cáncer de mama”, detalle que nunca más aparece en la película. Los personajes son inverosímiles, incomprensibles. Está por ejemplo del Denny, el niño-adolescente que es vecino de la pareja principal, que nunca jamás podemos entender si es un niño, si es adolescente, o si es tarado, o cómo es que se comporta como un niño de 10 y se mete en problemas con drogas. No. Tiene. sentido.



Lo más interesante de The Room es que durante la duración del film, vemos la visión de lo que es el cine, una película, y la cultura norteamericana a través de la mente retorcida de Tommy Wisseau. En el mundo de The Room (como lo hablamos ya con Dario) no hay nada más divertido que jugar a tirarse una pelota de fútbol americano a 3 metros de distancia, una mujer miente que su marido la golpea sin ningún tipo de razón o sentido, y todos los personajes entran y salen de escena como si fuesen Kramer en Seinfeld. En The Room un personaje puede desaparecer de la mitad de la película (porque el actor no lo soportó más y se fue de la película) y sus líneas pueden ser dichas por otro personaje que aparece sin ningún tipo de explicación.

Ahora The Room es de culto. Se organizan screenings donde van todos los fans a verla, como un evento. Wisseau abrazó el “éxito” de la película, da charlas, va a convenciones, subiendose al carro de forma casi admirable, diciendo que en realidad la película es una comedia y siempre fue armada así, y que todos sus errores son ‘a propósito’. En fin, que disfrute el hombre de su éxito inesperado. A nosotros nos queda la película, que simplemente no hay con que darle, y es muy, muy divertida, y se banca varias revisiones donde uno siempre encuentra un nuevo detalle extraño, estúpido y encantador.